sábado, 23 de julio de 2016

Contaminantes medioambientales y salud feto-neonatal.

(Reseña publicada en la WEB de la SEPEAP el 28 de Noviembre de 2006)

El crecimiento fetal puede alterarse por modificaciones en el medio interno de la gestante como consecuencia de diversas patologías (diabetes, hipertensión, ...), exposición de la gestante a sustancias tóxicas (tabaco, drogas, alcohol) o por exposición a tóxicos distribuidos en el agua, suelo o aire. El feto y el recién nacido presentan especial vulnerabilidad si los comparamos con los sujetos adultos, ante la exposición a diversos contaminantes. En los últimos años se han ido sucediendo diversos trabajos de investigación que pretenden evaluar la repercusión de los contaminantes ambientales sobre la salud. Reflejo de esta preocupación es el metaanálisis publicado por M. Lacasana, A. Esplugues, and F. Ballester. Exposure to ambient air pollution and prenatal and early childhood health effects. Eur.J.Epidemiol. 20 (2):183-199, 2005; donde se analizan de forma sistemática las evidencias existentes en la actualidad al respecto.
Estos autores analizan los siguientes criterios: mortalidad intrauterina, mortalidad neonatal, parto prematuro, retraso del crecimiento intrauterino y defectos congénitos. En todos los estudios revisados excepto en 2 los autores encuentran asociación entre contaminante ambientales y bajo peso al nacimiento. Los resultados del metaanálisis indican que el incremento ambiental, anual o durante el tercer trimestre de gestación, de partículas de menos de 10 mcm de diámetro o dióxido de azufre conlleva un riesgo de bajo peso al nacer de 1.6% (CI 95%, 1.0–2.2%) y 1.5% (CI 95%, 0.7–2.4%) respectivamente. Por otro lado, el incremento de 1 mg/m3 de CO en el aire supone un aumento del 21% (CI 95%, 7.0–36%) del riesgo de bajo peso al nacer. 
Las repercusiones de los contaminantes sobre la salud reproductiva no han podido ser documentadas en esta revisión sistemática debido a la inconsistencia de los estudios sobre este tema. En relación al riesgo de defectos congénitos sólo dos estudios encuentran asociación entre los contaminantes medioambientales y el riesgo de defectos congénitos. El riesgo de anomalías congénitas cardiacas se ha relacionado con niveles incrementados de CO y O3. En concreto, en los niveles de CO mayores de 2.60 mg/m3 se observó una OR de 2.84 (1.15–6.99) para los defectos de tabique interventricular y a nivel de O3 mayor de 57.2 mcg/m3 se observó una OR de 2.51 (0.99–6.37) para los defectos de aorta. 

La figura adjunta reproduce la asociación observada entre mortalidad durante el primer año de vida y contaminantes ambientales, asociación positiva y significativa entre particulas de menos de 10 mcm de diámetro y dióxido de azufre.

Prof. Dr. José Uberos Fernández

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